7º Comportamiento de la mujer que ama demasiado
“Se excita a partir de la excitación de él. No sabe sentirse bien por sí misma; de hecho, se siente amenazada por sus propios sentimientos”
“Buen sexo en malas relaciones”
El sexo en mis relaciones con los hombres ha sido para mí una fuente de confusión y muchas veces he dejado de tener los pies en la tierra y también he intentado manipular a los hombres con esto.
Me siento muy identificada con la mujer de este capítulo: “Buen sexo en malas relaciones”.
En estos momentos de mi vida me siento bastante conectada con mi sexualidad y mi cuerpo, y con mi capacidad para gozar pero cuando miro atrás, la pauta general en mis relaciones ha sido que en las relaciones más largas, por lo general me he sentido muy deseada por la otra persona, mientras yo perdía por completo el deseo sexual. Y en las relaciones esporádicas ha sido una evolución desde vivir el sexo casi como una agresión hasta aprender a marcar yo lo que deseaba.
En el pasado cuando me enrollaba con un tío una noche, yo no me tenía respeto, y muchas veces la otra persona descargaba en mí toda su tensión sexual con un impulso frenético. Esto me generaba muchos desequilibrios emocionales hasta que he ido aprendiendo a disfrutar al ritmo que yo deseo. Cada vez gozo más de mis relaciones y estoy encontrando la paz con la que deseo vivirlas.
Pero con mi última relación de pareja perdí completamente el deseo sexual hasta conmigo misma y me sentía muerta.
A pesar de que era muy querida y deseada, había cosas que me impedían activar mi sexualidad con esta persona y entre otras era la carga de responsabilidades que me eché encima adoptando el papel de cuidadora. Al final no podía sentirme atraída hacia él como hombre, sino que el cariño que le daba era un cariño maternal y yo buscaba en él un cariño paternal (después con terapia he entendido la relación de todo esto con mi padre) pero me faltaba algo muy importante: la sensualidad, el erotismo…
En mi vida he estado oscilando entre los encuentros esporádicos con mucho fuego (entre los cuales a veces he vivido experiencias muy mágicas) a las relaciones más largas donde yo huía de la sexualidad.
Con mi último romance he gozado de un sexo muy bueno, aunque no quería que eso se convirtiera en el centro de toda la relación. Pero me sentía con más experiencia y supongo que traté de sacarle provecho para tener a esa persona en mi vida y, por supuesto, no dio resultado.
Muchas veces, en mis intercambios sexuales, he sentido que había un amor profundo cuando en realidad era el sexo lo único que cimentaba la relación.
Ahora, lo que más deseo es vivir mi vida sexual y afectiva sin perder mi sentido de la realidad y quiero aprender a disfrutar de una verdadera intimidad sintiéndome en equilibrio y con los pies en la tierra.
Una mujer de Madrid caminando hacia su verdadera intimidad.
Febrero 2010