3ª Característica de la Mujer Recuperada:
«Está en contacto con sus sentimientos y actitudes en todos los aspectos de su vida, inclusive la sexualidad «
ACEPTAR TAMBIEN LO BUENO
Hace poco tiempo que me he dado cuenta de que la Oración de la Serenidad incluye también una petición, un deseo y un propósito de vivir de manera correcta los acontecimientos favorables, los momentos buenos, las situaciones divertidas, las horas fáciles.
Hasta entonces siempre que decía o escuchaba: … «concédeme serenidad para aceptar aquello que no puedo cambiar”, sólo pensaba en lo malo, en lo negativo, en lo doloroso. Mi sentimiento era pedir ayuda para poder soportar la desgracia. Pero me alegro de haber descubierto que también puedo pedir ayuda para vivir bien, para disfrutar todo lo que hay de bueno, en la vida.
Y digo que me alegro, porque me he estado perdiendo muchas, muchas ocasiones de disfrutar y de estar contenta y en paz.
Me ocurría que aunque me encontrara en una situación agradable, yo la vivía desde un sentimiento total de desdicha pues todo lo teñía con el color de mi dolor.
Me embargaba completamente la sensación de tener una vida desgraciada. Además tenía la mala costumbre de poner todos los males de toda mi vida juntos, uno detrás de otro, para darme cuenta y convencerme de que, en efecto, mi vida era una sarta de calamidades hasta donde me alcanzaba la memoria.
Ahora, en mi proceso de recuperación voy evolucionando emocionalmente; lo bastante para ser capaz de comprender que puedo elegir sentirme una persona desdichada por mis infelices relaciones amorosas, o creer y sentir que soy una persona normal (incluso feliz a veces) que está aprendiendo y avanzando en amar sanamente.
Y no sólo he comprendido esto, sino que lo estoy realizando gracias a trabajar el programa, profundizando en sus enseñanzas y con la herramienta de la Oración de la Serenidad. Hoy sé que la verdad es que yo por mí misma, en el núcleo interior de mi vida personal e íntima, soy un ser humano feliz.
El contento y satisfacción interiores son en realidad mi estado natural, no necesito mucho para sentirme feliz, pero he estado permitiendo que las cosas externas, lo de fuera, me hayan estado “robando” mi bienestar. Sin embargo ahora trato de mantenerme identificada con este mundo interior mío, conectada con mis propias cosas y con lo bueno y bello de la vida. Me he dado cuenta de que puedo mantener separado, como el agua y el aceite que no se mezclan, por un lado mis motivos de alegría y satisfacción, y por otro lado mis motivos de dolor.
Elijo pensar, creer, sentir y actuar en consecuencia, que soy una persona básicamente satisfecha y feliz con su propia e íntima vida personal, y que voy progresando en bienestar en mi relación de pareja actual.
Para conseguirlo, hacerlo realidad y experimentarlo, he añadido una segunda parte a mi Oración de la Serenidad:
«Señor, concédeme también LUZ para ver las cosas buenas que cada día hay en mi vida, ALEGRIA para saber disfrutarlas y AMOR para compartirlas con los demás.»
Una Mujer (AMAQAD) Grupo Evolución de IBIZA