Posteado por: MAQAD | 7 octubre 2009

«La Miel de la Vida»

4ª Característica de la Mujer Recuperada:

«Atesora cada aspecto de sí misma: su personalidad, su apariencia, sus creencias y principios, su cuerpo, sus intereses y logros.Se autoaprueba, en lugar de buscar una relación que le otorgue una sensación de valor propio»

 

LA MIEL DE LA VIDA

Hemos oído decir muchas veces “ganarás el pan con el sudor de tu frente”. Hoy mi desafío no es ganar el pan, sino la alegría.

Hubo un tiempo en que la alegría nacía espontánea dentro de mí. Es mi verdadera naturaleza, a pesar de que unos años he estado sumida en una negra depresión.

Ahora que afortunadamente he salido del pozo, estoy en el camino de la recuperación con el Programa de R. Norwood, pero siento que mi alegría espontánea todavía no ha vuelto. Ahora no me nace sola; tengo que ganarla con esfuerzo, tengo que rescatarla.

En mi oración de la Serenidad he añadido una segunda parte, que dice: “Señor concédeme también la alegría para recuperar todas mis ganas de vivir”, porque en mi dependencia emocional de mujer que ama demasiado, en la travesía de los años de dolor y tristeza, fui abandonando mi propia vida, y se me murió la alegría.

Para recuperarla y mantenerla, ahora vigilo mis pensamientos, y procuro no aceptar, no seguir, aquellos que van a entristecerme o asustarme. Cuando me asalta alguno, lo llevo a mi refugio espiritual y allí lo entrego.

Y a lo largo del día, voy haciendo elecciones sobre las pequeñas cosas cotidianas que pueden proporcionarme algunos minutos gratos y generarme sensaciones placenteras. Cualquier pequeña cosa bonita, agradable o bella es muy importante para mí; sea mirar el cielo, oír otra vez esa música deliciosa, sentarme unos minutos en un rincón que me gusta, volver a mirar esas fotos preciosas o poner en la cama las sábanas mas alegres.

Así, con paciencia voy cuidando ese rinconcito de mi corazón donde nacen florecillas de alegría. Y siendo tiernos los brotes y frágiles, me esfuerzo verdaderamente para que crezcan, se enraícen y permanezcan dentro de mí.

Cuido especialmente que los acontecimientos negativos no apaguen mi contento interior.

Porque no quiero volver a abandonarme a la tristeza; algo que leí hace poco tiempo me convenció definitivamente. Dice así:
“La tristeza hace mucho daño al alma. Como la polilla al vestido y la carcoma a la madera, así la tristeza daña el corazón del hombre, y le predispone al mal. Por eso hemos de luchar enseguida si alguna vez hiciera su aparición en el alma. Anímate, pues, y alegra tu corazón. Echa lejos de ti la congoja porque a muchos mató la tristeza. Y no hay utilidad alguna en ella. De ese estado solo cabe esperar males”.

Y además, alguien que me quiere mucho me ha regalado el pensamiento que mas me motiva a estar atenta para mantener una sonrisa en mi corazón. En una carta, me decía: «la alegría es la miel de la vida”

Esta frase me impactó. Me hizo mas consciente del sabor amargo que he llevado en mi boca y en mi ánimo, y me invadió un fuerte deseo de endulzar siempre mi vida con esa miel, con la miel de la alegría.

Una Mujer (AMAQAD)                                       Grupo Evolución de IBIZA


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