Posteado por: MAQAD | 9 enero 2010

«Dejar de ser una salvadora»

  1ª Característica de la Mujer Recuperada

Se acepta por completo, aun cuando desea cambiar partes de sí misma. Hay un amor propio y una autoconsideración básicos, que ella alimenta con cuidado y expande con decisión.”


“Dejar de ser una salvadora”

Una cosa que elijo cambiar es SER UNA SALVADORA, es decir, meterme en la vida de los demás, sin que me lo pidan, para “ayudarles” o más bien para intentar convencerles de que hagan lo que yo creo que es mejor para ellos. Quiero ocuparme de mí y dejar a los demás que se ocupen de sí mismos, que para eso son adultos igual que yo.

Sé que mi afán de “salvar” al otro no es malintencionado, que lo hago porque realmente creo que le puedo ayudar, pero me he dado cuenta en los últimos años (y el libro de R. Norwood me lo acabó de aclarar) que ese comportamiento ni es bueno para mí ni es bueno para el otro.

Creo que me comporto así en general en todas las relaciones. Tiendo a sentirme bien en una relación de amistad si puedo “aportar algo”, “ayudar”. Y en las relaciones de pareja ya es exagerado, siempre acabo siendo yo la que da (apoyo, asesoramiento, cariño, incluso a menudo casa y apoyo económico, etc.) y no espero prácticamente nada del otro porque creo que tengo que ser capaz de resolver yo mis asuntos. Me he dado cuenta de que yo misma desequilibro las relaciones desde un principio y ahora entiendo que debe ser, como dice el libro, la necesidad de enfocarme en cambiar al otro para evitar enfrentarme a mis propios vacíos, mi soledad.

También he visto que puede ser muy negativo para el otro, sobre todo para la pareja, que me meta en su vida y (aunque yo crea que es con buenas intenciones) le esté insistiendo constantemente para que cambie. Sé que eso es no respetar su propio proceso y no confiar en su capacidad para solucionarse la vida. En realidad sé que si alguien hiciera eso conmigo me fastidiaría más que ayudarme.

Además, quiero aprender a no sentirme culpable y responsable de lo que les pasa a los demás.

Un ejemplo: El año pasado empecé una relación con un chico de otro país que no tenía papeles. Pasamos 2 meses buenos, yo estaba contenta porque era la primera persona con la que tenía ganas de estar después de 3 años de no-relación con el chico del que aún me estoy desenganchando. Me sentía enamorada (o al menos en fase de enamoramiento) otra vez, y estaba muy contenta porque parece que iba a pasar página de la otra relación cuya incertidumbre constante me mataba.

A los 2 meses y medio nos separamos (el chico sin papeles y yo) porque él había empezado a no respetarme, como a tomarme por tonta. Y en el desenlace él se portó bastante mal, me habló con un desprecio que para nada me merecía pues el tiempo juntos yo le había apoyado en todo, dado de comer, llevado a todos los sitios a mi coste, etc.

Pues bien, al mes me vino a pedir perdón, se disculpó mil veces, reconoció que se había portado fatal, me dijo que yo había sido muy buena con él, que era una gran persona, etc. Yo ya no estaba “enamorada” de él pero como se disculpó en toda regla, pues le perdoné y empezamos a vernos un montón otra vez.

Claro, él siempre tenía problemas, que achacaba a su situación, y siempre estaba hablando de lo difícil que era, del miedo que pasaba por si le pillaban, etc. Todos los días repetía lo mismo una y otra vez. Y también repetía que la única solución era casarse. Yo le dije que me casaría con él, me sentía como que yo le podía cambiar la vida y que era, en cierto modo, mi deber hacerlo. Cada día yo me despertaba con muchísima ansiedad pensando: “me caso o no me caso?”. Era horrible pues una parte de mí decía que era lo ideal porque así le solucionaba la vida a él y yo podría tener hijos, pues me preocupa que “se me pase el arroz” y, aunque no estábamos enamorados, nos llevábamos bien y él también quería tener hijos.

Bueno, estuve así 8 o 9 meses y fue un infierno. Además, le fui pagando más y más cosas, dejándole más y más dinero y aún estoy recuperándome de la situación. Sólo me libré de esa auto-tortura cuando él empezó a salir con una chica que le dijo que se casaría con él. Fue un alivio para mí, ya le había pasado “el muerto” a otra persona. Seguimos siendo amigos y seguí apoyándole, pero me di cuenta de que se estaba pasando de listo con todo el mundo (conmigo, con la otra chica, con sus amigos) y explotando el papel de víctima exageradamente, echándole mucha cara dura. Cuando le dejé de dar dinero (en parte porque yo estaba en una situación económica precaria) y le pedí que me devolviera lo que me debía con trabajo, en la casa de pueblo de mi madre, empezó a dar excusas y portarse en plan chulesco e irrespetuoso conmigo, igual que la primera vez que habíamos roto.

Ahora me doy cuenta de que me ha tomado el pelo a lo grande y me siento idiota por haber invertido mi energía y mis recursos en alguien que no lo merecía en absoluto, por no haberme escuchado a mí misma casi nada, por no haberme preguntado “tú estás feliz con esta relación?; es lo que tú quieres?”, por haberle dado prioridad a él y a sus necesidades y haber abandonado las mías. Afortunadamente no me casé y, sobre todo, no tuve un hijo con él. Eso hubiera sido la ruina. Ahora sigue el mismo proceso con una nueva chica, sólo espero que ella se dé cuenta también antes de que sea tarde.

Objetivo: Dejar de ofrecer mis consejos y apoyo a quien no me lo pide. Dejar de sentirme responsable de la vida de los demás.

Estrategia:

Cuando alguien me cuente un problema no le diré lo que opino ni le daré ningún consejo a no ser que me lo pida. Me morderé la lengua y pensaré “yo me ocupo de mí y los demás se ocupan de sí mismos”.

Si alguien me pide consejo o apoyo, me pensaré “qué es lo que yo realmente quiero hacer?” . Respetaré mis necesidades por encima de las necesidades del otro.

Conclusión:

Este año quiero ser mi prioridad, necesito enfocar mi energía hacia mí misma, pues a menudo me noto sin fuerzas para llevar mi propia vida adelante. No puedo apoyar a nadie si yo no estoy bien. No tengo la responsabilidad ni obligación de apoyar a nadie si no quiero.

Una mujer que ama demasiado de Valencia. Enero 2010.


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